El momento de ingresar a tu familiar en una residencia de mayores

Dar el paso de llevar a un familiar a una residencia de mayores es muy duro. Muchas personas no pueden cuidar de su padre, madre, abuelo o abuela, tíos, etc… Cuidar de una persona anciana para muchas familias es una opción inviable por diferentes razones.


Llega un momento en que la familia tiene que tomar la decición de si ingresar o no a esa persona a una residencia. ¿Cómo ayudar al anciano a adaptarse? ¿Cómo ayudarle a gestionar un cambio tan grande? ¿Existe sentimiento de culpa por parte de los familiares? El cambio es grande para toda la familia y es importante afrontarlo de la mejor manera posible.

En que momento debes plantearte ingresar a tu familiar en una residencia de mayores

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El punto de inflexión para la familia es cuando existen unos cuidados específicos que en casa, la familia no puede cubrir. Muchas personas mayores requieren de cuidados o tratamientos específicos, y es precisamente en una residencia de mayores donde van a tener atención especializada y los cuidados que necesitan. Esta situación se da sobre todo en personas dependientes. Las casas de los familiares pueden no estar adaptadas para ellos o no tener medios para adaptarla.

Proceso de adaptación a la residencia

El proceso de adaptación de un mayor a la nueva situación de mudarse a vivir a una residencia es complicado. La primera barrera psicológica es la de abandonar la idea de envejecer en la propia casa, además de dejar atrás los recuerdos de toda una vida. Por ello lo ideal es que el proceso de adaptación se haga poco a poco. Nos encontramos ante una situación de duelo que debe ser tomada como tal.

Cabe señalar, que no hay que engañar a la persona. Por el contrario, lo conveniente es hacerla partícipe del proceso en la medida de lo posible, elegir la residencia, visitar el centro, etc… Incluso en casos de deterioro cognitivo, no se les debe engañar (solo vas a estar aquí dos semanas, etc…)

cuando llevar a un familiar anciano a una residencia

Puede ser de ayuda llevar a la persona a visitar el centro, hablar con las personas que ya están allí, así como con los profesionales que trabajan en el centro, etc… La situación no es fácil para nadie. Ni para la familia, ni para la persona anciana. Por ello es importante que la familia tome conciencia de que existe un proceso de adaptación al «nuevo hogar», y colaboren en el proceso.

Como superar el sentimiento de culpa

Muchos familiares se sienten culpables a la hora de dejar a un mayor en una residencia para personas mayores. En estos casos, lo más conveniente es buscar la ayuda de un psicólogo. Los psicólogos de los propios centros pueden brindar la ayuda necesaria para estos supuestos casos, sentimiento de culpa, o también cuando existe deterioro cognitivo por parte del anciano (no es fácil aceptar que tu familiar ya no te conoce, por ejemplo).

A nivel psicológico, el sentimiento de culpa aparece cuando existe una idea preconcebida y se hace lo contrario. Muchos familiares sienten como si llevar a un familiar anciano a una residencia es algo parecido a un abandono, y nada más alejado de la realidad, ya que en muchas ocasiones, en la residencia tienen cuidados específicos y también convivencia con otras personas con las que interactuar.

Por otra parte, es importante señalar que no hay que compararse con otras personas que cuidan en casa a sus mayores. La situación de cada familia es diferente, por lo que las comparaciones en este caso no son en absoluto recomendables, ya que solo aumentarán el sentimiento de culpa por parte de los familiares.